martes, 18 de julio de 2017



¿QUÉ SIGNIFICA LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS?

Por: Padre Marco Bayas CM. 

Que todos los que estamos unidos en Cristo -los santos del cielo, las almas del purgatorio y los que aún vivimos en la tierra- debemos tener conciencia de las necesidades de los demás.
Los santos del cielo no están tan arrobados en su propia felicidad que olviden las almas que han dejado atrás. Aunque quisieran, no podrían hacerlo. Su perfecto amor a Dios debe incluir un amor a todas las almas que Dios ha creado y adornado con sus gracias, todas esas almas en que El mora y por las que Jesús murió.
En resumen, los santos deben amar las almas que Jesús ama, y el amor que los santos del cielo tienen por las almas del purgatorio y las de la tierra, no es un amor pasivo. Los santos anhelan ayudar a esas almas en su caminar hacia la gloria, cuyo valor infinito son capaces de apreciar ahora como no podían antes. Y si la oración de un hombre bueno de la tierra puede mover a Dios, ¡cómo será la fuerza de las oraciones que los santos ofrecen por nosotros!
Además de las fiestas dedicadas a los santos canonizados, la Iglesia dedica un día al año para honrar a toda la Iglesia triunfante, la Fiesta de Todos los Santos, el primero de noviembre.
Como miembros de la comunión de los santos, los que aún estamos en la tierra debemos orar además por las benditas almas del purgatorio. Podemos aliviar sus sufrimientos y acortar su tiempo de espera del cielo con nuestras oraciones, con las Misas que ofrezcamos o hagamos ofrecer por ellas, con las indulgencias que para ellas ganemos.
Es evidente que los que estamos todavía en la tierra debemos rezar los unos por los otros, si queremos ser fieles a nuestra obligación de miembros de la comunión de los santos. Debemos tenernos un sincero amor sobrenatural, practicar la virtud de la caridad fraterna de pensamiento, palabra y obra, especialmente con el ejercicio de las obras de misericordia corporales y espirituales. Si queremos asegurar la permanente participación en la comunión de los santos, no podemos tomar a la ligera nuestra responsabilidad hacia ella.

RAZONES DE LOS NO CATÓLICOS PARA NEGAR  LA INTERCESIÓN DE LOS SANTOS.

Razón 1: Afirman que es pecado de idolatría pedir a alguien que no sea Cristo que interceda por nosotros, ya que Él es el único mediador entre Dios Padre y los hombres. Esta afirmación se basa en la Escritura:
"Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también," 1 Timoteo 2,5
La idolatría consiste en poner algo en lugar de Dios, al pedir a los Santos que intercedan por nosotros ante Dios no se les está colocando a ellos como Dios, todo lo contrario. Tampoco les estamos dando el lugar de Cristo como único mediador, veamos con más detalle las razones:
Mediador etimológicamente viene del latín mediator, de mediare, pararse o dividir en el medio; veamos una definición más clara:
Mediador: "interceder o rogar por uno. Interponerse entre dos o más que riñen o contienden, procurando reconciliarlos y unirlos en amistad. Existir o estar una cosa en medio de otras".
El término mismo no produce gran dificultad, y se entiende en general de buenas a primera: "mediador" es quién está entre dos o más personas, ofreciendo su persona para hacer como de puente entre ellas, sobre todo si éstas están en conflicto.
Cristo es Mediador porque él ha pagado por la deuda que el ofensor (nosotros) teníamos con el ofendido (Dios). Así, sólo Cristo puede mediar por nosotros porque Él ha muerto para pagar nuestros pecados y nadie más. En ese sentido, más nadie, ni la Virgen, ni los Santos, ni los ángeles pueden mediar.
Pero interceder suplicando al ofendido (Dios) que perdone al ofensor (Nosotros), y en rogar al Todopoderoso que envíe ayudas especiales al necesitado, es una segunda forma de mediación, la Virgen, los Santos y hasta nosotros podemos ser mediadores, porque todos somos miembros del cuerpo de Cristo, la Iglesia.
En la Biblia podemos encontrar varios ejemplos:
Cuando Dios se disgustó por los cuatro hombres que le habían inventado al Patriarca Job lo que él no había hecho, les dijo:
"Así que tomad siete novillos y siete carneros, id donde mi siervo Job, y ofreced por vosotros un holocausto. Mi siervo Job intercederá por vosotros y, en atención a él, no os castigaré por no haber hablado con verdad de mí, como mi siervo Job." Job 42,8
Job aparece como intercesor entre los hombres y Dios, pero no para pagar las deudas que le tenían al Señor sino para rogar en favor de ellos. Y el Señor atendió su petición y los perdonó.
Moisés también fue intercesor del pueblo de Dios:
"Perdona, pues, la iniquidad de este pueblo conforme a la grandeza de tu bondad, como has soportado a este pueblo desde Egipto hasta aquí. Dijo Yahvé: «Le perdono, según tus palabras." Números 14,19
"El pueblo fue a decirle a Moisés: «Hemos pecado por haber hablado contra Yahvé y contra ti. Intercede ante Yahvé para que aparte de nosotros las serpientes, Moisés intercedió por el pueblo." Números 21,7
"Déjame ahora que se encienda mi ira contra ellos y los devore; de ti, en cambio, haré un gran pueblo. Pero Moisés trató de aplacar a Yahvé su Dios, diciendo: "¿Por qué, oh Yahvé, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, el que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y mano fuerte?" Éxodo 32,10-11
Abraham intercedió por Sodoma y Gomorra:
"Dijo, pues, Yahvé: «El clamor de Sodoma y de Gomorra es grande; y su pecado gravísimo. Voy a bajar personalmente, a ver si lo que han hecho responde en todo al clamor que ha llegado hasta mí, y si no, he de saberlo… Entonces Abraham le dijo: «¿Así que vas a borrar al justo con el malvado? Tal vez haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Es que vas a borrarlos, y no perdonarás a aquel lugar por los cincuenta justos que hubiere dentro?" Génesis 18,20-21.23-24
Único mediador pagando la deuda es Cristo. Pero intercesores rogando, si pueden ser la Santísima Virgen María, los santos y lo podemos ser nosotros rogando en favor de los demás.
Incluso vemos como los mismos Ángeles interceden con sus peticiones por nosotros:
"Tomó la palabra el ángel de Yahvé y dijo: «Oh Yahvé Sebaot, ¿hasta cuándo seguirás sin apiadarte de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las cuales estás irritado desde hace setenta años? Yahvé respondió al Ángel que hablaba conmigo palabras buenas, palabras de consuelo." Zacarías 1,12-13
Un ejemplo de este tipo de intercesión poderosa; no pagando la deuda, sino basada en la petición de los que están unidos a Cristo lo vemos en el Nuevo Testamento:
En el pasaje de las bodas de Caná Juan 2,1-11.
"Hermanos, orad también por nosotros." 1 Tesalonicenses 5,25
"Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios; siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos," Efesios 6,18.
"Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder." Santiago 5,16.

Razón 2: Algunos hermanos afirman que los que han muerto no tienen conciencia de nada, por lo que es inútil pedirles que intercedan por nosotros. Este argumento generalmente es utilizado por los Testigos de Jehová y algunas denominaciones evangélicas.
Utilizan este argumento basándose en la interpretación literal del siguiente pasaje:
"Pues mientras uno sigue unido a todos los vivientes hay algo seguro, pues vale más perro vivo que león muerto. Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, y no hay ya paga para ellos, pues se perdió su memoria. Tanto su amor, como su odio, como sus celos, ha tiempo que pereció, y no tomarán parte nunca jamás en todo lo que pasa bajo el sol." Eclesiastés 9,4-6.
El texto se refiere a sus cuerpos pero no a su espíritu que retorna a Dios. En el mismo libro más adelante lo aclara:
"Acuérdate de tu Creador en tus días mozos, mientras no vengan los días malos, y se echen encima años en que dirás: «No me agradan;…vuelva el polvo a la tierra, a lo que era, y el espíritu vuelva a Dios que es quien lo dio." Eclesiastés 12,1.7.
Este argumento de que los muertos no tienen conciencia de nada sólo cobraría fuerza ante quien no ha leído el libro del Eclesiastés completo y sin analizarlo a la luz del Nuevo Testamento que nos revela que los que han muerto en Cristo abandonan su cuerpo para estar con Él en espera de ser revestidos de su cuerpo resucitado.
Pablo siempre tuvo la certeza de que al morir estaría con Cristo, lo cual para él era mucho mejor:
"Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor." Filipenses 1,23
"Porque sabemos que si esta tienda, que es nuestra morada terrestre, se desmorona, tenemos un edificio que es de Dios: una morada eterna, no hecha por mano humana, que está en los cielos. Y así gemimos en este estado, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra habitación celeste, si es que nos encontramos vestidos, y no desnudos. ¡Sí!, los que estamos en esta tienda gemimos abrumados. No es que queramos ser desvestidos, sino más bien sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Y el que nos ha destinado a eso es Dios, el cual nos ha dado en arras el Espíritu. Así pues, siempre llenos de buen ánimo, sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, vivimos lejos del Señor, pues caminamos en la fe y no en la visión... Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. Por eso, bien en nuestro cuerpo, bien fuera de él, nos afanamos por agradarle." 2 Corintios 5,1-9.
La gran revelación de Cristo es que Él ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia y que Dios nos en un Dios de vivos sino un Dios de muertos:
"Y acerca de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estáis en un gran error." Marcos 12,26-27

Razón 3: Una razón frecuentemente escuchada es que no hay prueba ni garantía de que los Santos y ángeles intercedan por nosotros ante Dios, por lo cual es inútil pedirles.
Esta razón es completamente inadecuada por varias razones:
Primero porque la Biblia enseña que aquellos que han muerto en santidad están en su presencia clamando:
"Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los degollados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron. Se pusieron a gritar con fuerte voz: «¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia y sin tomar venganza por nuestra sangre de los habitantes de la tierra? Entonces se le dio a cada uno un vestido blanco y se les dijo que esperasen todavía un poco, hasta que se completara el número de sus consiervos y hermanos que iban a ser muertos como ellos." Apocalipsis 6,9-11
Si ellos claman y piden al Señor ¿Es lógico pensar que no pueden pedir por nosotros? ¿En qué cabeza cabe que si pueden pedir no pueden elegir sobre lo que van a pedir sino que tienen que pedir sólo por ellos? ¿Qué clase de bien es ese donde vivimos en comunión con Cristo Señor Omnipotente y este no puede escuchar nuestras plegarias porque "ya estamos en el cielo"?
Debemos ser sinceros con la Biblia. La Biblia en ninguna parte dice que los santos no pueden orar por nosotros y no es posible prohibir algo que la Biblia no prohíbe.
La Biblia es clara en que si pueden pedir todo lo que deseen:
"Cuando lo tomó, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero. Tenía cada uno una cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos." Apocalipsis 5,8
Las copas de perfume ante Dios son las oraciones de los santos ¿Están excluidos aquellos que están en su presencia clamando?
"Otro Ángel vino y se puso junto al altar con un badil de oro. Se le dieron muchos perfumes para que, con las oraciones de todos los santos, los ofreciera sobre el altar de oro colocado delante del trono. Y por mano del Ángel subió delante de Dios la humareda de los perfumes con las oraciones de los santos." Apocalipsis 8,3-4
Cuando se refiere a las oraciones de "todos los santos" los incluye a TODOS, sin excepciones, porque Dios es un Dios de vivos y no de muertos.
"Pues los ojos del Señor miran a los justos y sus oídos escuchan su oración, pero el rostro del Señor contra los que obran el mal." 1 Pedro 3,12
En este pasaje podría uno preguntarse ¿Es que acaso los ojos del Señor dejan de escuchar la oración de los justos precisamente cuando están en más íntima comunión con Él? ¿Es que acaso dejan de ser justos y su oración ya no tiene poder?
"Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder" Santiago 5,16
Si Jesucristo escuchó y respondió a la oración del ladrón arrepentido por un momento de fe cuando estaba en la cruz (Lucas 23,42) no escuchará a su madre (Lucas 2,16) que hizo en perfección la voluntad de Dios y dijo: "he aquí la esclava del Señor; Hágase en mi según tu Palabra" (Lucas 1,38). Si por un minuto de fe escuchó y respondió al malhechor, ¿Qué no hará Jesús por sus amigos los santos que tuvieron una vida de fe y obediencia?

Razón 4: Afirman que es inútil pedirles porque como sólo Dios es Omnipresente no pueden escucharnos ni vernos.
Es cierto que sólo Dios es Omnipresente (puede estar en todos lados) pero es cierto también que quienes están unidos a Cristo, "cara a cara" con Dios como dice Pablo, por medio de Él podemos enterarnos de todo lo que acontece. Realmente no sabemos cómo funciona el tiempo en el más allá, ya que los que han muerto y están con Dios están con Él en la eternidad, que no podemos medir ni entender.
Lo que sí nos enseña la Biblia es que ellos si nos pueden ver. Los Capítulos 11 y 12 de Hebreos se recuerdan a todos los Santos de la antigüedad: Abel, Henoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Rajab, Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas.
"Por la fe, ofreció Abel a Dios un sacrificio más excelente que Caín, por ella fue declarado justo…, por la fe, Henoc fue trasladado, de modo que no vio la muerte y no se le halló, porque le trasladó Dios. Porque antes de contar su traslado, la Escritura da en su favor testimonio de haber agradado a Dios… Por la fe, Noé, advertido por Dios de lo que aún no se veía…, Por la fe, Abraham, al ser llamado por Dios, obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia…, lo mismo que Isaac y Jacob, coherederos de las mismas promesas… Por la fe, también Sara recibió, aun fuera de la edad apropiada, vigor para ser madre, pues tuvo como digno de fe al que se lo prometía… Por la fe, bendijo Isaac a Jacob y Esaú en orden al futuro… Por la fe, Jacob, moribundo, bendijo a cada uno de los hijos de José, y se inclinó apoyado en la cabeza de su bastón… Por la fe, Moisés, recién nacido, fue durante tres meses ocultado por sus padres, pues vieron que el niño era hermoso y no temieron el edicto del rey… Por la fe, la ramera Rajab no pereció con los incrédulos, por haber acogido amistosamente a los exploradores… Y ¿a qué continuar? Pues me faltaría el tiempo si hubiera de hablar sobre Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas." Hebreos 11,4-5.7-9.11.20-21.23.31-32
Y luego se les describe como una nube de testigos:
"Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone," Hebreos 12,1
Que la nube de testigos se refiere a los santos antes mencionados es algo imposible de negar, y ahora cabría preguntarse, Si la Biblia dice claramente que son testigos nuestros ¿Hemos de dudar de lo que dice? ¿Será el argumento presentado de que los santos no pueden vernos válido y consistente con la escritura que les llama "nube de testigos?".

Razón 5: El último argumento que suelen utilizar algunos hermanos cuando los anteriores ya ha sido refutados, es que no se debe pedir a los Santos porque Cristo ha dicho que le pidamos directamente a Él y eso es suficiente. Aquí mencionan pasajes como estos:
"Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré." Juan 14,13-14
"Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo." 1 Juan 2,1
Es claro que principalmente debemos pedir a Dios, pero también es cierto que precisamente por las razones anteriores, los Santos pueden pedir por nosotros, porque ellos piden en nombre de Cristo, es Cristo que vive en ellos que hace posible su intercesión:
"Y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí." Gálatas 2,20
Si somos sinceros con las palabras de Jesús debemos aceptar que Cristo dice que le pidamos a Él pero no dice que SÓLO le pidamos a él, estas son dos cosas muy distintas y la segunda NO ESTÁ EN LA BIBLIA.
Afirmar que yo no necesito la intercesión de los Santos porque puedo orar a Cristo directamente es como afirmar que no necesito que oren por mí.
Esta no es la actitud que tuvieron los primeros cristianos que perseveraban juntos intercediendo unos por otros y pidiendo que sus hermanos no desmayaran en orar por ellos. Pablo fue un ejemplo claro de esto ya que jamás dijo a nadie que no oraran por él porque podía pedir a Cristo directamente, por el contrario, él mismo pidió las oraciones de sus hermanos incansablemente.

Conclusión:

Podemos estar seguros que los Santos y los Ángeles pueden interceder por nosotros ante Dios y es agradable a Dios que les pidamos que lo hagan.
Dios quiere que oremos unos por otros, y los Santos y Ángeles que están muy cerca de Dios pueden ayudarnos en gran manera con sus oraciones ante Dios.
Tenemos claro, sin embargo, que la fe de todo cristiano debe ser CRISTOCÉNTRICA, las oraciones a los Santos deben tener un lugar completamente secundario, pero no podemos negar que son escuchadas y que no pueden hacer nada por nosotros, esto es equivocado desde todo punto de vista, recordemos que la oración ferviente del justo tiene mucho poder.

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