“«Hagan lo que Él les diga…
En Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos »”
Juan 2,1-12: Tres
días más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús
estaba allí. También fue invitado Jesús a la boda con sus discípulos. Sucedió
que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces
la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino.» Jesús le respondió: «Mujer, ¿por
qué te metes en mis asuntos? Aún no ha llegado mi hora.» Pero su madre dijo a
los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.» Había allí seis recipientes de
piedra, de los que usan los judíos para sus purificaciones, de unos cien litros
de capacidad cada uno. Jesús dijo: «Llenen de agua esos recipientes.» Y los
llenaron hasta el borde. «Saquen ahora,
les dijo, y llévenle al mayordomo.» Y ellos se lo llevaron. Después de probar el agua convertida en vino,
el mayordomo llamó al novio, pues no sabía de dónde provenía, a pesar de que lo
sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Y le dijo: «Todo el mundo
sirve al principio el vino mejor, y cuando ya todos han bebido bastante, les
dan el de menos calidad; pero tú has dejado el mejor vino para el final.» Esta
señal milagrosa fue la primera, y Jesús la hizo en Caná de Galilea. Así
manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él. Jesús bajó después a
Cafarnaún con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí
solamente algunos días.
Preámbulo: Semana
de Oración por la Unidad de los Cristianos
La unidad de los cristianos
contribuye a la renovación de la humanidad.
Como
cada año, del 18 al 25 de enero, tendrá lugar la centenaria celebración de la
Semana de oración por la unidad de los cristianos, preparada y animada
conjuntamente por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los
Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias, y
que estará iluminada este 2013 con la enérgica exhortación de Miqueas a favor
de la justicia y de la paz.
Miqueas,
coloca la justicia y la paz en el marco de la relación entre Dios y la
humanidad e insiste en que la historia necesita y requiere una fuerte
referencia ética, recuerda además al pueblo que Dios lo ha salvado de la
esclavitud en Egipto y que lo ha llamado a través de la alianza a vivir en una
sociedad construida sobre la base de la dignidad, la igualdad y la justicia.
La
verdadera fe en Dios no se puede separar de la santidad personal ni de la
búsqueda de la justicia social. La salvación que Dios ofrece de la esclavitud y
de la humillación cotidiana, exige más allá de culto, sacrificio y holocausto
(6,7), que “respetemos el derecho,
practiquemos con amor la misericordia y caminemos humildemente con nuestro Dios”
(6,8). El lema para esta jornada es «¿Qué
exige el Señor de nosotros?» (Miqueas 6, 6-8)
Búsqueda
constante de la unidad.
Una
vez al año, muchos cristianos tomamos conciencia de la diversidad de formas de
adorar a Dios. Tradicionalmente se celebra del 18 al 25 de enero, como propuso
en 1908 el reverendo Paul Watson, para cubrir el periodo entre la fiesta de San
Pedro y la de San Pablo, para expresar el grado de comunión que las religiones
cristianas ya han alcanzado, y orar juntas con el afán de llegar a la plena
unidad querida por Cristo.
El
Tema Teológico.
Los
ocho subtemas para la semana, evocan diferentes maneras de caminar, permiten concretar las dimensiones de un
auténtico discipulado cristiano que camina “por
la senda de la justicia que conduce a la vida” (Prov 12,28).
Día 18: Caminar conversando. Reflexionamos sobre la importancia
del diálogo y la conversación como un medio para superar obstáculos. Tanto para
el ecumenismo, como para las luchas por la liberación de las personas en todo
el mundo, la capacidad de hablar y de escuchar son fundamentales. En una
conversación auténtica llegamos a reconocer a Cristo con más claridad.
Día 19: Caminar con el cuerpo
partido de Cristo.
Al reconocer la solidaridad entre Cristo crucificado y los “pueblos partidos”
del mundo, intentamos juntos como cristianos aprender a compartir entre
nosotros esta solidaridad de una manera más profunda. Se pone de manifiesto, la
relación entre eucaristía y justicia y se invita a los cristianos a descubrir
modos concretos de un vivir eucarístico en el mundo.
Día 20: Caminar hacia la libertad. Se
nos invita a celebrar los esfuerzos de comunidades oprimidas en todo el mundo,
cuando protestan contra todo aquello que esclaviza a la humanidad. Los
cristianos comprometidos con la unidad, aprendemos que la eliminación de todo
lo que separa a las personas es esencial para alcanzar la vida en abundancia,
la libertad en el Espíritu.
Día 21: Caminar como hijos de la
tierra. Tomar
conciencia de nuestro lugar en la creación nos une, nos hace ver nuestra
interdependencia, entre nosotros y con la tierra. Ver la urgencia del cuidado
del medioambiente y de una correcta y justa repartición de los frutos de la
tierra, los cristianos estamos llamados a dar testimonio activo en el espíritu
del año jubilar.
Día 22: Caminar como los amigos de Jesús. Ver las imágenes bíblicas de la
amistad y el amor humano como modelos del amor de Dios hacia cada uno. Vernos
como amigos amados de Dios tiene consecuencias para nuestras relaciones dentro
de la comunidad de Jesús. Dentro de la Iglesia, toda barrera de exclusión es
incompatible con una comunidad donde todos somos por igual los amigos muy
amados de Jesús.
Día 23: Caminar más allá de las
barreras.
Caminar con Dios significa caminar más allá de las barreras que dividen y
perjudican a los hijos de Dios. Las lecturas bíblicas de este día miran a
distintos modos de superar las barreras humanas y culminan con la enseñanza de
san Pablo: “Incorporados a Cristo por el
bautismo os habéis revestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judío y no
judío, ni entre esclavo y libre, ni entre varón y mujer. En Cristo Jesús, todos
sois uno” (Gál 3, 27-28).
Día 24: Caminar en solidaridad. Caminar humildemente con Dios
significa caminar en solidaridad con todos los que luchan por la justicia y la
paz. Esto tiene implicaciones no sólo para cada creyente, sino también para la
naturaleza misma y misión de toda la comunidad cristiana. La Iglesia está
llamada y capacitada para compartir el sufrimiento de todos a través de la
defensa y el cuidado de los pobres, los necesitados y los marginados.
Día 25: Caminar en celebración. Los textos bíblicos de este día hablan de
celebración, no en el sentido de celebrar un exitoso desenlace final, sino como
signo de esperanza en Dios y en la justicia de Dios.Así, nuestra celebración de
la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es nuestro signo de
esperanza de que alcanzaremos nuestra unidad en los tiempos de Dios y con los
medios de Dios.
Que
el Dios del Amor, bendiga abundantemente esta Jornada.
Reflexión de la Palabra de Dios del
II Domingo Tiempo Ordinario.
1. Una primera aproximación al texto.
Tengamos en cuenta que
según Juan no estamos ante un milagro sino ante un signo.
Los sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas
presentan las obras de Jesús como milagros, es decir, manifestaciones del poder
de Dios que las personas perciben y resultan beneficiadas. Juan se refiere a
las obras de Jesús como signos: obras de Dios que las personas tienen que
discernir e interpretar.
Juan en torno a lo
sucedido en Caná dice que “éste fue el comienzo de los signos”
(2,11); es decir, es el signo que sirve de punto de partida y de referencia de
significado para todos los demás. No estamos ante “el signo número uno”
sino ante el primero, ante el que desencadena otros y sirve para comprender lo
que vendrá luego.
Utilizando la pedagogía
de la espiral, ascendamos con la Palabra:
- Tres días después, hubo una boda en Caná de Galilea (v. 1)
“Tres días después”, comienza un tiempo nuevo.
Como la creación se realizó en seis días, y el séptimo descansó el Creador, así
ahora, va a comenzar en Jesús la nueva creación; tres días después, nos conduce
a la Resurrección.
La imagen de la boda hace referencia al nuevo tipo
de relaciones entre Dios y el pueblo. La boda de Caná es signo de las bodas de
la Sangre de Cristo, el verdadero Esposo. La mejor imagen del Reino de Dios es
la del banquete de bodas, donde la comida es exquisita y la fiesta contagiosa.
Es una boda en la que todos participan: Jesús, su Madre María, los discípulos,
parientes y amigos. Dios se revela desde la vida misma, a través de los
acontecimientos humanos. Para el discípulo de Jesús, la vida es una fiesta
continua en la cual las relaciones son de amor y de servicio.
b. No
les queda vino (v 3)
La
advertencia es de María que intuía la necesidad de una salvación más completa,
que trae su Hijo Jesús. María no sólo es la mujer observadora que se da cuenta
de una carencia material, es la conciencia de la nueva situación que se abre a
sus ojos; es más allá de la sensibilidad y la prudencia. María da pie a que se
inauguren los tiempos nuevos.
c.
Mujer, ¿qué nos
importa a ti y a mí? Déjame, aún no ha llegado mi hora (v 4)
Jesús
responde invitando a romper con el pasado. María espera la actuación inmediata
de Jesús para remediar la necesidad, pero Jesús le hace comprender que la
antigua alianza ha caducado. La hora no se refiere a la de hacer milagros, sino
a la hora de cumplir su misión, a la hora de la cruz, a la hora de pasar de
este mundo al Padre (Jn 13,1). Esta hora no llegará hasta la segunda parte del
evangelio (Jn 12,27).
Es la hora en que Jesús cumple totalmente la
voluntad del Padre. Y para realizar plenamente el plan del Padre, Jesús no
quiere, de ninguna manera, distanciarse de su voluntad.
A
su Madre María, Jesús le llama Mujer. Así le llamará en el momento supremo de
la Cruz. Así Jesús indica que los lazos de la nueva familia de Dios son más
fuertes que los de la sangre, Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la
palabra de Dios y la ponen en práctica (Lc 8,21).
d. La
presencia de María: Hagan lo que él les diga (v 5)
Aparecen
nuevos personajes, los sirvientes; María les dice que se pongan a la completa
disposición de Jesús. Ella no conoce los planes de su Hijo, pero afirma que hay
que aceptar su programa sin condiciones y estar preparado para seguir cualquier
indicación suya.
En el contexto de la alianza en el que se
desenvuelve la escena, la frase de María a los sirvientes adquiere pleno
significado, hace alusión a la que pronunció el pueblo en el Sinaí,
comprometiéndose a cumplir todo lo que Dios les mandase: “Haremos cuanto dice el
Señor” (Ex 19, 8). Juan pone en labios de María la profesión de fe
del pueblo elegido.
La Madre de Jesús, más que hacer una petición
ofrece una constatación, presenta una necesidad y una respuesta. Confíen en que
Jesús intervendrá…
e. Había
allí seis tinajas (v 6)
Se
interrumpe la narración para resaltar un detalle: la presencia de las tinajas
destinadas a la purificación. Las tinajas son de piedra, no de barro, que era
lo común. La piedra no se dejaba contaminar por la impureza legal. Jesús trae
la pureza total, basada no sólo en el cumplimiento de la ley, sino en la fe en
Jesucristo. Dios salva no sólo por el cumplimiento de la ley, sino mediante la
fe en Jesucristo (Gal 2, 16).
La
descripción es minuciosa: seis, de piedra, con capacidad para unos cien litros
cada una. Las tinajas enormes
e inamovibles parecen presidir la boda; Seis
indica lo incompleto, frente al siete que expresa la plenitud; que
sean de piedra recuerda
las tablas de la Ley y la profecía de Ezequiel: Arrancaré su corazón de piedra y les daré un corazón de carne;
la finalidad de las tinajas, la purificación,
dominaba la vida religiosa de los judíos. La ley antigua era imperfecta y debía
dar paso al vino excepcional y abundante de los nuevos tiempos mesiánicos.
f.
Llenen las tinajas
de agua (v 7)
Se
dirige a los sirvientes que, por indicación de la madre, están dispuestos a
ejecutar lo que él diga. Las tinajas estaban vacías, indicando su incapacidad.
Jesús, al hacer que las llenen de agua, indica que él va a ofrecer la verdadera
purificación, lo que nos recuerda nuestro bautismo y después, él nos dará un
vino que entra en el hombre y lo llena de gozo. El vino, el amor, es alegría
que ha venido a traernos a Jesús. Llenen
nuestros corazones del agua viva, Jesucristo (Jn 7,37-39) y lleven nos hace reflexionar en
la misión de proclamar el Evangelio, Palabra viva (Mc 16,15).
g. Todo
mundo sirve primero el vino de mejor calidad (v 10)
El reproche del mayordomo al novio indica que el
vino nuevo es mejor que el antiguo. El plan de Dios sigue una línea ascendente:
Jesucristo va a inaugurar una época superior a la antigua. La verdadera boda,
con alegría plena, va a comenzar con Jesús, el verdadero Esposo.
- Tú has reservado el mejor vino hasta ahora (v. 10).
El vino generoso y mejor lo brinda Jesús. Por
medio del signo milagroso, y siempre, nos invita al banquete del Reino y hace
posible que vivamos felices, complacidos y salvados. Los nuevos tiempos, los
tiempos mesiánicos, se abren con este vino nuevo y generoso que trae Jesús,
uniendo a María, que ruega humildemente a su Hijo y que participará totalmente
cuando llegue la hora suprema de la entrega al Padre por la salvación de todos.
- Así Jesús manifiesta su gloria y sus discípulos creen en El (v 11).
La fe de sus discípulos, es el primer fruto que
Jesús realiza por medio del signo del agua convertida en vino.
- Convertir el agua en Vino: “Nada es imposible para Dios”
Jesús quiere inaugurar un tiempo nuevo. Un tiempo
nuevo de: cercanía, intimidad, gracia y salvación. Te regala el vino generoso
de su Espíritu y te invita al banquete de su amistad.
¿Tienes tentaciones y actitudes de tristeza? ¿Te
acosan depresiones y disgustos? Entra en
la dinámica de la fiesta de bodas con el Espíritu Santo, el don más grande que
viene a ti, donación generosa del Padre y del Hijo.
Como los discípulos creyeron en Él, así también
crece hoy en amistad y confianza en Él. Como María suplicó a su Hijo a favor de
los comensales de la boda, así también ahora intercede por nosotros para que
nos invada el gozo y la alegría de la fiesta con Jesús.
Jesús hace los milagros sin tacañería, con
magnanimidad; por ejemplo, en la multiplicación de los panes y los peces (Juan
6,10-13), donde sacia a unos cinco mil hombres y todavía sobran doce canastos.
En este milagro de Caná no convirtió el agua en cualquier vino, sino en uno de
excelente calidad.
Antes del milagro los discípulos ya creían que
Jesús era el Mesías; pero todavía tenían un concepto muy terreno de su misión
salvífica. El milagro de Caná constituye un paso decisivo en la formación de la
fe de los discípulos.
¿Por qué tienen tanta eficacia los ruegos de
María? Las oraciones de los Santos son oraciones de siervos; las de María son
oraciones de Madre, de aquí procede su eficacia y carácter de
autoridad; y como Jesús ama inmensamente a su Madre, no puede rogar sin ser
atendida.
- Estos son tiempos de Vino Nuevo.
En el primer signo de Jesús, en las bodas de Caná
de Galilea, ¿realmente vemos lo que sucedió?
1º Las tinajas estaban vacías y Jesús manda llenarlas.
2º Son llenadas con agua. Se trata más o menos de
600 litros. ¿De dónde sacarían en tan poco tiempo esa cantidad del líquido
vital? No la sacaron en poco tiempo. Los lugares de abastecimiento de agua, no se
encontraban cerca de las casas, los empleados debieron tardar alrededor de 3 horas
en acarrear esa cantidad de agua.
3º El agua fue transformada en vino.
La aplicación práctica para nuestras vidas, podría
ser la siguiente:
Ø
Nosotros somos esas vasijas. Como vasijas, tenemos
la capacidad de almacenar cosas dentro de nuestros corazones, tanto para
bendición, como para maldición.
Ø
Tenemos que vaciar nuestro corazón. Sólo teniendo
una vasija vacía, podemos asegurarnos que seremos llenados de cosas que edifiquen
nuestra alma y nuestro espíritu. Con un corazón vacío, declaramos que ya no confiamos
en nosotros, sino que dependemos del Espíritu Santo.
Ø
Tenemos que ser y estar llenos del Espíritu Santo
(símbolo del agua). Las tinajas o vasijas llenas de vino, significa una vida
llena de Dios, llena del amor del Padre, lleno del carácter de Jesús, llenos de
la Presencia del Espíritu Santo.
Ø
Nuestra vida se transformará por el Poder de Dios,
Él derramará vino nuevo en nuestras vasijas llenas del Agua de Vida, del Agua de
Dios, cambiando nuestras situaciones, poniendo confianza, alegría y gozo
en nuestras vidas, para continuar siempre hacia adelante, para impactar a las
personas a nuestro alrededor, para ser felices.
Gracias, Jesús, porque, al venir a nuestro mundo,
nos traes la vida y la alegría de tu divinidad. Gracias, Jesús, porque estamos
invitados a la fiesta continua de tu hora, la de la salvación.
Haz que yo quede lleno de este gozo de tu fiesta.
Y que entiende que la vida del cristiano es participar de una fiesta continua.
Gracias, Jesús, porque nos invitas al banquete de
tu Cuerpo y Sangre en la Eucaristía. Que esta comunión nos transforme nuestras
realidades, para llenarlas de salvación y de gracia.
- ¿Cómo hacer realidad hoy el milagro de las bodas de Caná?
Los milagros ocurren. Si
no hubiera milagros, no tendríamos santos canonizados. Si a un ser humano se le otorga el don de convertir
pan y vino en el Cuerpo y Sangre del Hijo de Dios, mediante el Sacramento de la
fe, con mayor razón Dios puede operar, a través de la fe de un testigo, la
transformación del agua en vino, del recelo en confianza, de la discordia en
armonía, de la ruptura en reconciliación. El agua no está naturalmente destinada a
convertirse en vino. El ser humano, las personas que buscan y prometen amarse y formar
familia, sí llevan consigo una predisposición natural a transmutar en bien toda
manifestación o apariencia de mal.
Una fiesta de bodas no tiene porque arruinarse ni darse por cancelada. "Los momentos difíciles son aquellos en
los que pueden y deben surgir con más claridad las energías positivas",
hay que combatir toda violencia y construir una civilización del amor. Sólo los
árboles mal plantados y con defectuosas raíces se desploman ante un viento
fuerte. Los otros se consolidan.
El
efecto-Caná:
trasmutar, mediante la fe, una situación de crisis en una celebración de
crecimiento y felicidad, puede obtenerse recreando los dos polos del Caná
histórico:
1º La oración a Dios: “No tienen vino”
2º El trabajo del hombre: “Hagan lo que Él les diga”
Ambos presuponen que María esté invitada a la fiesta. María no tarda en
advertir los signos de un problema. Fiel a la ley del amor, busca hacer por el
otro lo que uno esperaría de él, toma la iniciativa de interceder directamente
ante la fuente de poder: su Hijo. "No
tienen vino", es una oración de súplica, basada en lo que Jesús enseñará: "pedid
y se os dará". Pide vino, un bien material, con un significado espiritual.
Asegurado el primer polo, María activa el segundo. "Hagan lo que mi Hijo les diga". Sabia pedagogía de una Madre que concilia lo divino
y lo humano: "A Dios rogando y con
el mazo dando". La certeza de que "si
el Señor no edifica la casa, en vano se fatigan los albañiles" (Sal 127),
no invalida la necesidad de que los albañiles se fatiguen. Como en otros
milagros, el hombre es requerido a poner de su parte lo que está en su mano
hacer.
Una situación de crisis puede transmutarse en una celebración de gozo y crecimiento,
cuando los comensales obedecen los preceptos del Maestro:
1) Al juzgar los defectos del otro, recuerda que la paja en su ojo
compite con la viga en el tuyo.
2) Aun ante la evidencia de una grave tacha moral, pregúntate si estás en
calidad de lanzar la primera piedra.
3) Si el que te ofendió vuelve en sí y toma el camino de regreso, cree en
la eficacia de la misericordia y perdona 70 veces 7.
4) Tu prójimo por parentesco puede ser también tu prójimo por
desvalimiento: cuando lo veas abatido e indefenso, revive en él la parábola del
buen samaritano: "Haz eso y vivirás".
5) Buena parte de tus conflictos se genera en un escenario de
"adultos", contaminado por la soberbia, la envidia, la ambición, la
mentira. El camino de superación implica "volver al estado de niños, ya
que los que son como ellos tienen acceso al Reino de los cielos".
6) En tu horizonte se ciernen las nubes de la preocupación por lo
necesario: comida, vestido, medicina… Si eres hijo, recuerda que tu Padre lo
sabe y se ocupa. Vive de la fe en su Providencia, que ni se equivoca ni llega
tarde.
7) Para que seas hijo, Dios te regaló su propia Madre. En cada situación
de cruz, Ella estará de pie a tu lado. Con Ella ningún dolor será inútil,
ninguna esperanza quedará defraudada.
"Hagan
lo que mi Hijo les diga": Regocijan los frutos del efecto-Caná. Sufrías una
crisis que parecía insuperable. Al invitar a María y ceñirse a sus
instrucciones, todo se transformará en una celebración de crecimiento.
“Cualquiera puede
contar las semillas que ve en una manzana. Pero sólo Dios puede contar las
manzanas que saldrán de una semilla” “Dios entiende nuestras oraciones aún
cuando no encontremos las palabras para expresarlas” “Podemos darnos cuenta del
tamaño que tiene Dios para nosotros mirando el tamaño de nuestra lista de
preocupaciones; mientras más larga es la lista más pequeño será “nuestro” dios”
P. Marco Bayas O.
CM
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