JÓVENES, MÁS QUE VENCEDORES
En Eclesiastés 11,9-10. 12,1, la Palabra de Dios nos dice: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia. Anda según los caminos de tu corazón y la vista de tus ojos, pero recuerda que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo y aparta de tu carne el mal, porque la adolescencia y la juventud son vanidad. Y acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los malos días, y lleguen los años, de los cuales digas, no tengo en ellos contentamiento”.
Próximos a vivir la Jornada Mundial de la Juventud, cuyo lema será: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cfr. Col 2, 7), es importante que reflexionemos algunos criterios:
1. ¿Qué es la Jornada Mundial de la Juventud?
Es el gran encuentro global de jóvenes con el Papa. Se celebra cada tres años en un determinado lugar del mundo. En esta ocasión se realizará en Madrid, del 16 al 21 de agosto de 2011.
2. ¿Por qué la “Jornada” es importante para los jóvenes?
Porque es un gran estímulo para su vida cristiana y una oportunidad de vivir en primera persona la universalidad de la Iglesia: "Dios aún llama a los jóvenes y les da razones para vivir".
3. ¿Para qué se celebra?
Para compartir con todo el mundo la ilusión de los jóvenes que quieren comprometerse con Jesucristo y con los demás.
4. ¿Qué es “vivir una JMJ”?
Es una experiencia única de profundizar más en la fe y acercarse a Cristo, con la oración y los sacramentos, junto a miles de jóvenes que comparten inquietudes y aspiraciones, sueños e ilusiones, gozos y esperanzas.
5. ¿Es un encuentro sólo para católicos?
No, la JMJ es un acontecimiento abierto a todos los jóvenes que quieran compartir un encuentro festivo en torno a Jesucristo.
6. ¿Qué se espera de los jóvenes después de una JMJ?
Después de una experiencia como la de Madrid, se aspira que los jóvenes "vuelven transformados, más comprometidos con la Iglesia, con la vida, con sus familias; más solidarios, fraternos, justos y auténticos y que la Iglesia de la cual ellos serán los líderes, sea una iglesia pura y apasionada que impacte el mundo con el Evangelio de Jesucristo”.
Los jóvenes ocupan un lugar especial en la Iglesia. No se exagera al decir que en el presente de esta generación juvenil se inscribe el futuro de la humanidad; ya Paul Claudel nos recuerda: “La juventud no está hecha para el placer sino para el heroísmo”. Y Juan Pablo II nos dice: “Un joven sin alegría y sin esperanza no es un joven auténtico, sino un hombre envejecido antes de tiempo”.
EL SEGUIMIENTO JUVENIL DE JESÚS: CARACTERÍSTICAS.
Son como un plan general para los jóvenes que desean ser apóstoles y servidores del Reino. El seguimiento de Jesús es:
1. UNA OPCIÓN (Lc. 9,57-60)
El joven tiene que optar entre dos realidades: Construcción del Reino o evasión del mismo; es decir con Dios o contra Él; no puede jugar con la vida y su opción más importante, su propia felicidad.
2. UN DESPRENDIMIENTO (Lc. 14,25-27)
Lo que cuesta más a un joven es dejar lo que tiene; en ocasiones lo único que tiene es su familia. El seguimiento implica desprenderse de lo más preciado para conseguir algo más preciado. Desprenderse de sí mismo para encontrarse consigo mismo, de sus intereses, de sus pertenencias, de sus fines de todo lo que le rodea para volver acogerlos con mayor seguridad de sí, ya no por un afán temporal sino trascendente.
3. UN CONFLICTO (Lc. 14,27)
No es fácil desprenderse de los esquemas convencionales. Esto trae consigo un conflicto de Cruz, una cruz de dolor y sufrimiento interno y externo. Es una lucha constante entre lo que me ofrece el mundo y lo que me ofrece Dios; es un conflicto entre el amor y la infelicidad; y que sólo puede ser soportado en Aquel que se ha confiado. El joven con metas heroicas necesariamente tiene que pasar por esto, sólo si hay muerte existe resurrección. Este es el paso para considerarse discípulo de Jesús.
4. UNA CONSTANCIA (Lc. 9,59)
Una vez superados los pasos iniciales, llega el momento para el joven de volver atrás, de anhelar lo dejado. El seguimiento se condiciona a sentimentalismo, afectos, lujos, placeres, recuerdos... Aquí se tiene que demostrar que el ser discípulo no es sólo el querer serlo, sino demostrar una consistencia y perseverancia de lo que se ha decidido por libertad. La espiritualidad empieza a contemplarse en su etapa de desprendimiento y seguimiento verdadero.
5. UNA RECOMPENSA (Mt. 19,27-30)
La espiritualidad verdadera no exige nada a cambio, se da porque sí y nada más. Sin embargo, el premio por haber permanecido fieles será inmenso. El estar cara a cara con el Creador. Recompensa dada sólo a los decididos, arriesgados y aventureros del amor. El joven tiene que comprender que no se trabaja para recibir un premio sino una eternidad, que, no es premio, sino un Don gratuito otorgado por la misericordia Divina. La espiritualidad se reflejará en la disponibilidad y entrega al otro, es decir, en el servicio desinteresado que se ofrezca al necesitado. Para ello tiene que nutrirse de los elementos indispensables para que esto no sea una utopía, sino una realidad en la vida de cada joven que emprenda un seguimiento de Jesús.
Joven, no tengas miedo de decir “sí” al Señor, él no quita nada y lo da todo…
P. Marco Bayas O. CM
Realmente P. Marco como cuesta a nuestros jóvenes dejar las cosas que el mundo ofrece de manera tan violenta. De que otra forma se le podría denominar a la manera en que se transmiten mensajes de compra y serás: pelúclas, televisión, radio, prensa... el tiempo del ser porque tienes nos está consumientdo y solo hay una respuesta a esta problemática... JESÚS. Debemos lograr que nuestros jóvenes se enamoren de Jesús.
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