lunes, 17 de septiembre de 2012

CARTA DE GRATITUD A LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA DE RADIO MARÍA EN ECUADOR


La gracia de Nuestro Señor Jesucristo, sea siempre con nosotros.

Marco Bayas, Sacerdote de Cristo Jesús por voluntad de Dios, a todos los miembros de la Familia de Radio María en Ecuador. A todos ustedes que creen en Cristo: reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Jesús, el Señor (cf. Ef 1,1-2).

Con gozo y esperanza, hago llegar a ustedes esta circular. Aunque es larga esta carta, permítanme comenzar con una bella historia:

Una mañana, una mujer elegantemente vestida se paró frente a un hombre desamparado, él lentamente levantó la vista y miró claramente a la mujer que parecía acostumbrada a las cosas buenas de la vida Su abrigo era nuevo. Parecía que nunca se había perdido de una buena comida en su vida. 

El primer pensamiento del pobre fue: Sólo quiere burlarse de mí, como tantos ya lo han hecho... ¡"Por favor, déjeme en paz! -gruñó el indigente-Para su sorpresa, la mujer siguió enfrente de él Ella sonreía sin parar

"¿Tienes hambre?" -preguntó ella. "¡No!", -contestó sarcásticamente-"Acabo de llegar de cenar con el Presidente... Ahora vete." La sonrisa de la mujer se hizo más grande. De pronto el hombre sintió una mano suave bajo el brazo. "¿Qué hace usted, señora?" -preguntó enojado el mendigo-. ¡“Le digo que me deje en paz!

Justo en ese momento un policía se acercó. "¿Hay algún problema, señora?" -preguntó el oficial- "No hay ningún problema, oficial…”, -contestó la mujer- "Sólo estoy tratando de ayudarle para que se ponga de pie... “¿Me ayudaría? -El oficial se rascó la cabeza- "¡Por supuesto, el Viejo Juan, Ha sido un estorbo por aquí por los últimos años!. ¿Qué quiere usted con él?" Pregunto el oficial...

"¿Ve la cafetería de allí?" -preguntó ella- "Voy a darle algo de comer y sacarlo del frío por un ratito" 

"¿Está loca, señora?" -el pobre desamparado se resistió-. ¡"Yo no quiero ir ahí! Entonces sintió dos fuertes manos agarrándolo de los brazos que lo levantaron "Déjame ir oficial, Yo no hice nada"

"Vamos Viejo, esta es una buena oportunidad para ti", -le susurró el oficial al oído- Finalmente, y con cierta dificultad, la mujer y el agente de policía llevaron al Viejo Juan a la cafetería y lo sentaron en una mesa en un rincón. La mayoría de la gente ya había almorzado

El gerente de la cafetería se acercó y preguntó: "¿Qué está pasando aquí, oficial?"; "¿Qué es todo esto?; ¿Este hombre está en problemas?"

-"Esta señora lo trajo aquí para que coma algo",- respondió el policía.
"¡Oh no, no, aquí no!", respondió airadamente el gerente. ¡"Tener una persona como ésta aquí, es malo para mi negocio

El Viejo Juan esbozó una sonrisa mostrando sus pocos dientes. "Señora, se lo dije. ¿Ahora, si van a dejarme ir? Yo no quería venir aquí"
 
La mujer se dirigió al gerente de la cafetería y sonrió "Señor, ¿conoce usted Hernández y Asociados, la Compañía que está a dos calles de aquí?" 

"Por supuesto que la conozco", respondió el administrador con impaciencia. "Ellos tienen sus reuniones semanales en una de mis salas de banquetes"

"¿Y se gana una buena cantidad de dinero con el suministro de alimentos en estas reuniones semanales?" -Preguntó la Señora- "¿Y eso qué le importa a usted?  Respondió airado el administrador-

Soy la Señora Hernández, Presidenta y Dueña de la Compañía". Oh Perdón -dijo el gerente- La mujer sonrió de nuevo "Pensé que esto podría hacer una diferencia en su trato" -le dijo al policía-, que fuertemente trataba de contener una carcajada. 

"¿Le gustaría tomar con nosotros una taza de café o una comida, oficial?" "No, gracias, señora", -replicó el oficial-. "Estoy en servicio". "Entonces, ¿quizás, una taza de café para llevar?". "Sí, señora. Eso estaría mejor".

El gerente de la cafetería giró sobre sus talones como recibiendo una orden. Voy a traer el café para usted de inmediato señor oficial" El oficial lo vio alejarse. Y opinó: "Ciertamente lo ha puesto en su lugar", dijo. 

"Esa no fue mi intención, dijo la señora Lo crea o no, tengo una buena razón para todo esto". Se sentó a la mesa frente a su invitado. Ella lo miró fijamente... "Juan ¿te acuerdas de mí?" -El viejo Juan miró su rostro con los ojos lagañosos- "Creo que sí su cara- , se me hace familiar".
 
"Mira Juan, quizá estoy un poco más grande, pero mírame bien", -dijo la Señora- "Tal vez me veo más gordita... pero cuando tú trabajabas aquí hace muchos años vine aquí una vez, por esa misma puerta, muerta de hambre y frío" -Algunas lágrimas rodaron sobre sus mejillas-
 
"¿Señora?" dijo el oficial, no podía creer lo que estaba presenciando, ni siquiera pensar que esa mujer un día podría haber pasado hambre. 

"Yo acababa de graduarme en la Universidad", -comentó la mujer-. "Llegué a la ciudad en busca de un trabajo, pero no encontré nada. -Con la voz quebrantada la mujer continuaba-: Cuando me quedaban mis últimos centavos y me habían corrido de mi apartamento, caminaba por las calles, hacía frío y casi muerta de hambre vi este lugar y entré desesperada con la posibilidad de que podría conseguir algo de comer" -Con lágrimas en sus ojos la mujer siguió platicando Juan me recibió con una sonrisa-. 

"Ahora me acuerdo", dijo Juan. "Yo estaba detrás del mostrador de servicio. Se acercó y me preguntó si podría trabajar por algo de comer. Sí, y me dijiste que estaba en contra de la política de la empresa". Continuó la mujer -Entonces, tú me hiciste el sándwich de carne más grande que había visto... me diste una taza de café y me fui a un rincón y disfrutar de mi comida. Tenía miedo de que tengas problemas. Luego, miré y te vi poner el precio de la comida en la caja registradora, supe entonces que todo iba a estar bien"

"¿Así que usted comenzó su propio negocio?" Dijo, Juan. "Sí, encontré un trabajo esa misma tarde. Trabajé muy duro y me fui hacia arriba con la ayuda de Mi Padre Dios y de la Virgen. Empecé mi propio negocio que, con la ayuda de Dios, prosperó" Ella abrió su bolso y sacó una tarjeta. "Cuando termines, quiero que vayas donde el señor Martínez. Él es el Director de personal de mi empresa. Iré a hablar con él y estoy segura que encontrará algo que hacer en la oficina".

Ella sonrió. "Creo que incluso podría darte un adelanto, para que puedas comprar algo de ropa y conseguir un lugar para vivir hasta que te recuperes. Si alguna vez necesitas algo, mi puerta está siempre abierta para ti Juan."
 
Hubo lágrimas en los ojos del anciano. "¿Cómo voy a agradecer?, preguntó. "No me des las gracias", respondió la mujer. "A Dios dale la gloria. Él me trajo a ti." 

Fuera de la cafetería, el oficial y la mujer se detuvieron y antes de irse cada uno por su lado "Gracias por toda su ayuda, oficial", dijo la Sra. Hernández. Al contrario…”, -dijo el oficial-, "Gracias a usted. Vi un milagro hoy, algo que nunca voy a olvidar... Y gracias por el café"

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Días atrás, recibíamos con gozo la noticia del rating de la Radio; una buena ubicación. Me dirijo a todos quienes prestan su colaboración voluntaria para hacer realidad esta obra.
Se siente en la obra de Radio María un "viento especialmente solidario", por la cantidad de personas voluntarias que arriman el hombro y se percibe un sentido de viento de esperanza, de participación y de compromiso.

Sin duda podemos exclamar con esperanza: Un mundo mejor es posible"; un mundo donde la Justicia y la Igualdad se antepongan al egoísmo y al beneficio para unos pocos. Es necesario un mundo más justo y solidario.

Sin temor a equivocarme, puedo decir que, los voluntarios llevan el amor y la pasión impresos en su corazón y en su piel y por eso no pueden dejar de transmitirlo. Y haciéndolo todo con esfuerzo, tesón y presencia.

GRACIAS a quienes hacen posible que este proyecto maravilloso sea una realidad. No puedo dejar de reconocer la grandeza de todos y de cada uno de ustedes. Pues todo lo hacen desde la mayor de las virtudes, el amor.

Este éxito es del Señor y de la Virgen; de ustedes, de los oyentes, bendiciones y enhorabuena por ello. Felicidades a quienes conforman la parte Administrativa, enhorabuena a los Departamentos de Programación y de Difusión, a los Conductores de los programas, a los Técnicos, al personal de apoyo por su trabajo, silencioso, pero efectivo. Felicidades a todos los voluntarios y hormiguitas porque su entrega y entusiasmo se dejan notar en todas las actividades que gracias a ustedes han sido posibles.

En esta entrega en Radio María, varias virtudes se han ido perfilando: oración, amor y pasión. "La oración es el mejor regalo de amor que le puedes dar a todo el que amas". "A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota" (Madre Teresa de Calcuta)

Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a  Dios. Debemos hacer las cosas ordinarias con un amor extraordinario. Dios no me eligió para tener éxito, sino para ser fiel. El amor, para que sea auténtico, debe costarnos. La Santidad no es el lujo de unos pocos; es un sencillo deber que tenemos tú y yo. Todas estas cosas se hacen realidad en cada espacio, en cada momento, en cada programa, en cada plegaria, en cada uno

Bien podríamos hacer nuestra aquella bella composición: 
 
·                    "La Vida es una oportunidad, aprovéchala."
·                    "La vida es una belleza, admírala."
·                    "La vida es un sueño, hazlo realidad."
·                    "La vida es un reto, afróntalo."
·                    "La vida es un deber cúmplelo."
·                    "La vida es un juego, juégalo."
·                    "La vida es preciosa, cuídala."
·                    "La vida es riqueza, consérvala."
·                    "La vida es amor, gózala."
·                    "La vida es un misterio, desvélalo."
·                    "La vida es promesa, cúmplela."
·                    "La vida es tristeza, supérala."
·                    "La vida es himno, cántalo."
·                    "La vida es un combate, acéptalo."
·                    "La vida es una tragedia, domínala."
·                    "La vida es una aventura, atrévete."
·                    "La vida es felicidad, merécela."
·                    "La vida es la vida, defiéndela."
·                    "La vida es suerte, búscala."
·                    "La vida es demasiado preciosa, no la destruyas." 

Si nos dijeran en medio de una crisis o de gran problema que al dar amor todo puede cambiar, nos resistiríamos a creer que así sea y hasta diríamos que es demasiado bello para ser verdad, pero reflexionando concluimos que es verdad, lo vivimos cada día en la Radio, pues al dar amor, cambiamos nosotros, cambia nuestro entorno y el entorno de los demás. 

Se escuchan gritos de auxilio de gente pidiendo amor, las múltiples llamadas a los programas, son el grito silencioso, esperando una respuesta, una palabra de aliento, un abrazo, un mensaje de esperanza y amor

En los tiempos de Jesús se presentaban muchas propuestas para un cambio de vida y mejoras sociales: 

o   Los filósofos desde su punto de vista y habían escrito grandes obras;

o   Los políticos habían establecido un sistema de participación del pueblo en la toma de decisiones;
o   Los militares creían que sólo las armas eran la garantía de la paz en el orbe;

o   Los emperadores o reyes creían que eran iluminados para gobernar con justicia a sus pueblos, ya que se consideraban hijos de los dioses; 

o   La gente común consideraba que sólo por la violencia podían reclamar y hacer justicia y mejorar las condiciones de vida del pueblo; 

o   Los religiosos consideraban que el cambio de vida y la transformación del sistema social, estaba en función de la fe y la práctica de la ley. 

En todos estos planteamientos, había algo que faltaba para que se haga realidad el cambio, eso que faltaba era el amor al prójimo. La novedad que trae Jesús a todo este conjunto de propuestas, es la revolución del amor como fundamento para el cambio (Lucas 4, 14-30).

En la Sinagoga de Nazaret, Jesús hace su proclama redentora (Lc 4,18-19) Anuncia a todos lo que el gran amor de Dios realizará en favor de los marginados, de los olvidados, de los que no tienen voz… 

Más de una sorpresa habría causado este anuncio, muchos consideraban que ya se había reformado el orden social, se había introducido nuevos cambios en el ritual del culto, algunas costumbres habían sido modificadas, gracias al sincretismo de la época. Sin duda que todos esos cambios eran buenos aparentemente, pero carentes de amor.

El apóstol Pablo nos hace reflexionar en su Primera Epístola a los Corintios 13 que de nada vale hacer grandes cosas si en ellas no hay amor. Muchos son  tentados a hacer cosas que creen buenas, pero sin un verdadero amor. Se las hace para tener fama, para ser notorios e importantes; para lograr  objetivos personales. Vale la pena tener en cuenta las palabras del apóstol Pablo, para aplicarlas en todo lo que queramos realizar o cambiar. Sólo así el cambio será real y justo. Que el Señor nos ayude a reflexionar seriamente en Su Palabra de Amor. Dios es tan grande que puede cubrir todo el mundo con su amor y a la vez tan pequeño para entrar en tu corazón.

Jesucristo nos da el ejemplo; el amor a los demás lleva el riesgo de dar la vida. Él había anunciado lo que realizaría a favor de los pobres, de los enfermos, de los cautivos, de los ciegos y de los oprimidos. Era el anuncio del inicio del año agradable del Señor. Es decir, era la hora del Gran Cambio. 

El profeta Jeremías 1,1-19 nos anima a no ceder ante las dificultades, el odio, la maldad de los hombres. Hemos sido llamados por el Señor para seguir proclamando su Palabra y haciendo realidad el gran amor de Dios para todos. “¡No teman, el Señor está con nosotros!”

Nuestra sociedad, la Iglesia, las familias necesitan cambios radicales, éstos serán buenos si están impregnados del amor de Dios. Dios en su infinito amor ha querido que ese cambio venga a muchas vidas, desde la señal de Radio María, desde el corazón y la palabra de cada uno de nosotros… Las llamadas comprueban el dolor y angustia de nuestra gente, pero también el amor y la esperanza que se comunica a través de las ondas radiales y de la web.

Cuando Dios te lleva al borde del acantilado, confía en Él plenamente y déjate llevar. Sólo una de dos cosas va a suceder, ¡o él te sostiene cuando tú te caes, o te va a enseñar a volar! 

Es el momento para ponernos de pie, y para seguir ayudando a ponerse de pie al prójimo llevando la Palabra y mostrando el amor que Dios ha derramado en nuestros corazones; repetir las mismas Palabras del Maestro: ¡Levántate y anda! (Mt. 9,1-6), he ahí una bella misión.

Nuestras oraciones son importantes, pero también son necesarias, urgentes y obligatorias nuestras ofrendas de amor.

Termino este mensaje de gratitud y compromiso recordando:

1.            Nunca te olvides de Quién es el Señor: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. La tierra está llena de la gloria de Dios" (Salmo 19,1) "!Oh Yahvé, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos" (Salmo 8,1).

2.           El Señor nos sigue desafiando: Mientras vivas nadie te resistirá. Estaré contigo como lo estuve con Moisés; no te dejaré ni te abandonaré. Sé valiente y ten ánimo, porque tú entregarás a este pueblo la tierra que juré dar a sus padres. Por eso, ten ánimo y cumple fielmente toda la Ley que te dio mi servidor Moisés. No te apartes de ella de ninguna manera y tendrás éxito dondequiera que vayas. Leerás continuamente el libro de esta Ley y lo meditarás para actuar en todo según lo que dice. Así se cumplirán tus planes y tendrás éxito en todo. Yo soy quien te manda; esfuérzate, pues, y sé valiente. No temas ni te asustes, porque contigo está Yahvé, tu Dios, adondequiera que vayas.» (Josué 1,5-9)

3.           El anhelo de Jesús para nosotros: "Padre, quiero que los que Me has dado, estén también conmigo donde Yo estoy, para que vean Mi gloria, la gloria que Me has dado; porque Me has amado desde antes de la fundación del mundo (Juan 17,24)

4.    Lo que viene a partir de ahora: Entonces invocarás, y te oirá Yahvé; clamarás, y dirá él: “Heme aquí”.  Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;  y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida,  en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía (Isaías 58,9-10)

GRACIAS a todos, al usar nuestras palabras para bendecir, estamos pidiendo a Dios que desate las gracias necesarias para alguien en particular, nuestros oyentes. Quien bendice continuamente atrae esas mismas bendiciones para sí, como un regalo de Dios que es generoso y rico en misericordia.

Hermano, hermana, transfórmate en un canal de bendición y vive las bendiciones que Jesucristo te da. Toda bendición tendrá su fruto.

Mil gracias en nombre de quienes reciben por medio de tus palabras y de tu trabajo, las bendiciones incesantes de Dios.

P. MARCO BAYAS O. CM
El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres

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