lunes, 9 de enero de 2012

BENDICIONES PARA EL 2012



Yahvé habló a Moisés, diciendo: 
“Habla a Aarón y a sus hijos y diles: 
Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles:
  El Señor te bendiga, y te guarde; 
haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia;
alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.”
  Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, 
y yo los bendeciré.

  (Números 6,22-27)

Comenzar un año con la fe en Dios y la mirada en el cielo es un buen inicio. Que cada día de este año sea una nueva experiencia en Cristo. “Tú coronas el año con tus bondades, y tus carretas se desbordan de abundancia.” Salmo 65,11.


LA BENDICIÓN DE DIOS EN EL NUEVO AÑO. 

Al iniciar el año 2012, viene como anillo al dedo la bendición del libro de los Números.
El hombre bíblico era consciente de que, por sí mismo, no podía alcanzar la felicidad que tanto anhelaba. La bendición era una forma de reconocer que este anhelo no se podía obtener sin la intervención de Dios, autor de la felicidad plena. Para obtenerla, era necesario llevar una vida en unión con El (éste es el sentido de las expresiones: "haga resplandecer su rostro sobre ti", "alce sobre ti su rostro"...).
Los bienes otorgados por esta comunión son principalmente la paz pero, poco a poco, el hombre se da cuenta de que la felicidad completa será la misma presencia de Dios en todas las circunstancias de la vida. Cristo es la verdadera bendición de Dios, El nos da la auténtica felicidad.
Pidamos, que sepamos reconocer al Señor, siempre presente en todos los momentos de este año que empezamos: “Dios de la Paz, Padre y Madre de toda la humanidad, que quieres que vivamos como hermanos en unidad fraterna, te pedimos con todo el corazón nos concedas la Paz, que es don de tu Espíritu y fruto de la Justicia, y que hagas de nosotros esforzados constructores de la Paz.”
La paz no es ausencia de guerra (mera tregua) ni equilibrio de fuerzas adversarias (guerra fría) ni situación de calma impuesta (orden público). La paz es «Shalom», armonía con Dios, con los hermanos y con la creación: es felicidad espiritual y material, consecuencia de la justicia, la libertad y el amor.
La paz es un don de Dios en Cristo, «Príncipe de la Paz". A la hora del nacimiento de Jesús, el mensaje que los Ángeles pregonan es: "Paz a los hombres que Dios ama". La paz es, asimismo, una tarea de todos y de cada uno. Es responsabilidad común de la persona entera, porque es una aspiración profunda; es consecuencia del respeto a la dignidad personal; es cultura solidaria, bienes compartidos, sociedad justa. Pero la paz está amenazada constantemente por el pecado personal y social. Cuando Dios creó el Mundo vio que era bueno. ¿Qué dirá ahora? La paz no es algo del todo hecho, sino un constante quehacer.
El año nuevo es tiempo para pedir que María, la Madre del Salvador, siga siendo compañera de camino, siga cubriendo con su manto de gracia a creyentes e incrédulos, a buenos y malos, a toda persona de buena voluntad, para tener ese encuentro santo y bendito con su Hijo.

"¡Salve, Madre Santa!, Virgen Madre del Rey
que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.” 

Con este antiguo saludo, la Iglesia se dirige a María Santísima, invocándola como Madre de Dios. El Hijo eterno del Padre tomó en ella nuestra misma carne y, a través de ella, se convirtió en "hijo de David e hijo de Abraham" (Mt 1, 1). Por tanto, María es su verdadera Madre: ¡Theotókos, Madre de Dios! 

Si Jesús es la vida, María es la Madre de la vida.
Si Jesús es la esperanza, María es la Madre de la esperanza.
Si Jesús es la paz, María es la Madre de la paz, Madre del Príncipe de la paz. 

Al entrar en el nuevo año, pidamos a esta Madre santa que nos bendiga. Pidámosle que nos dé a Jesús, nuestra bendición plena, en quien el Padre ha bendecido de una vez para siempre la historia, transformándola en Historia de Salvación.
Dicen que la Navidad es para los niños, eso no es verdad del todo. La Navidad es la época más hermosa para toda la humanidad, la más sublime y la más tierna, pero en especial para que los adultos busquemos ese niño interior que nunca debemos olvidar, y comencemos a transmitir felicidad a todo aquél que nos rodea.
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre, por eso, Dios iluminará a tu familia y llenará tu hogar de amor y cálida armonía, porque sólo él conoce los designios del universo. Recuerda que, “Dios mira las manos limpias, no sólo las llenas” y que “Dios no es una garantía contra las tempestades de la vida, sino una perfecta garantía en medio de las tempestades de la vida.”

Con los deseos sinceros que aprovechemos ahora la oportunidad que tenemos de hacer verdad en nuestra vida el refrán: "Año nuevo, vida nueva".
Que las lluvias que te mojen sean suaves y cálidas.
Que el viento llegue lleno del perfume de las flores.
Que los ríos te sean propicios y corran para el lado que quieras navegar.
Que las nubes cubran el sol cuando estés solo en el desierto.
Que los desiertos se llenen de árboles cuando los quieras atravesar.
Que encuentres esas plantas mágicas que guardan en su raíz el agua que hace falta.
Que el frío y la nieve lleguen cuando estés en un lugar tibio y sereno.
Que nunca te falte el fuego. Que nunca te falte el agua.
Que nunca te falte el amor.
Tal vez el fuego se pueda prender. Tal vez el agua pueda caer del cielo.
Pero si te falta el amor, no hay agua ni fuego que alcancen para seguir viviendo.

Salmo 86,12-13: “Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón y glorificaré tu nombre para siempre. Porque grande es tu misericordia para conmigo…”
Bendiciones para tod@s.
¡FELIZ AÑO 2012!
P. Marco Bayas O. CM

No hay comentarios:

Publicar un comentario