domingo, 13 de mayo de 2012

DOMINGO VI DE PASCUA Evangelio Jn. 15,9-17


“Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando”
  
Nuestra Señora de Fátima y Día de la Madre.
El amor de Jesús es el centro y corazón, capaz de redefinir completamente el modo como comprendemos nuestras relaciones con los demás.
Tres motivos fuertes nos motivan a ver la Palabra con fuerza y esperanza:
·         El sexto Domingo del Tiempo Pascual;
·         La Celebración de Nuestra Señora de Fátima.
·         La Celebración del Día de la Madre.

El tema central del Evangelio es el amor como contenido de la existencia humana y cristiana. Notemos que:
·         El centro de todo es Jesús, quien enfatiza el “yo” y el “mí”.
·         La repetición del verbo “amar” (5 veces), del sustantivo “amor” (4 veces) y de “amigo” (3 veces).
·         Los protagonistas de las relaciones: Dios Padre, Jesús, los discípulos.

A la luz del Evangelio, propongo algunos “destellos de luz”.

1. El mandamiento del amor (15,12 y 17)
Tres elementos centrales conforman la frase de Jesús:
1.     El imperativo (no sugerencia): “Ámense”.
2.     La identidad propia, del mensaje: “mi mandamiento”.
3.    El contenido del amor (Jesús): “Como yo os he amado”
Este es el corazón del mandamiento del amor “Como yo os he amado”. No es algo genérico sino específico, “ser como él”.

2. Características del amor de Jesús (15,13-16)

Las grandes acciones de Jesús con relación a los discípulos, son tres:
a.     Dio su vida por ellos.
b.     Los hizo sus amigos y no simplemente sus servidores; esto es:
·         Los llama a su servicio;
·         Convirtiéndolos en sus amigos.
c.     Les confió la misión; lo que significa que:
·         los elige;
·         los envía a la misión, y
·         les asegura el apoyo firme del Padre en su acción misionera.
De aquí surgen las características del amor de Jesús por sus discípulos:
1) Dio su vida por ellos.
2) Les dio la honra de ser más que sus servidores, sus amigos.
3) Los llevó hasta la intimidad con él, revelándoles sus secretos.
4) Los eligió, es decir, los separó del mundo.
5) Los destinó para la misión.
6) Les asegura el apoyo firme del Padre en su misma obra, la misión.
El fin de todas estas acciones es formar comunidad. Por tanto, Juan 15,13-16, se puede entender así:
     1.    La comunidad hacia dentro: una comunidad de “amigos” de Jesús (Jn 15,13-15). Se destacan tres acciones de Jesús:
·         su entrega en la Cruz,
·         el llamado al servicio, y
·         la relación de amistad.
En estas tres acciones vemos la disposición para el supremo sacrificio de la vida por el “amado”:

·         Jesús es el primero que se hace amigo: Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” (v.13)

·         Jesús espera que nos hagamos sus amigos: “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando(v.14)

·         Juan 15,15ª: “Ya no os llamo siervos”. La honra de estar a suservicio”.

·        Juan 15,15b: “Os llamo amigos”. Jesús involucra a sus amigos en su proyecto de vida; la revelación de los secretos de familia.

    2.   La comunidad hacia fuera: una comunidad de “enviados” de Jesús (Jn. 15,16). También destacan tres acciones de Jesús, Señor de la Iglesia, que la hacen:
·         comunidad elegida,
·         comunidad enviada,
·         comunidad respaldada.
El amigo involucra al otro en su vida. Jesús nos involucra en su vida y en su misión. ¿Para qué? para “dar fruto y un fruto que dure”.
Los discípulos, siguiendo el ejemplo de Jesús, debemos tomar la iniciativa en el amor: compartiendo todo lo que somos y tenemos, abriendo los corazones con confianza para construir comunidad. Como Jesús, debemos vivir y morir por los demás para “dar vida al mundo”.
Lo que comenzó con el amor del Padre –“Como el Padre me amó” (15,9)- culmina con la respuesta de los discípulos que viviendo en Jesús siguen abiertos a ese amor en ellos y lo imploran para el mundo entero.
Este es el verdadero amor, el amor crucificado con Cristo en la Cruz. Su amor comprometido, su amor orante, capaz de transformar todo lo que le rodea y ser luz en medio de la tiniebla, dignidad en medio de la humillación, resurrección en medio de la muerte.
Al famoso teólogo del siglo pasado, Karl Barth, le preguntaron, “¿Cuál es la verdad más profunda que usted ha descubierto en la Sagrada Escritura?”, y él respondió: “Que Jesús me ama, esto es lo que yo sé”.
Jesús nos pide y nos exige:
«Permanezcan en mi amor». Toda la vida del cristiano se resume en dejarse amar por Dios. Porque Él nos amó primero. Nos entregó a su Hijo como víctima por nuestros pecados. Y el secreto del cristiano es descubrir este amor y permanecer en él, vivir de él. No sólo “hemos sido” amados, sino que “somos” amados continuamente, en toda circunstancia y situación.
«Ámense unos a otros». No es una sugerencia, sino un mandato, un imperativo. Sólo el que permanece en su amor puede amar a los demás como Él nos ama. El amor de Cristo transforma al que lo recibe. El que acoge el amor de Cristo se hace capaz de amar, pues el amor de Cristo es eficaz. La caridad para con el prójimo es el signo más claro de la presencia de Cristo en nosotros y la demostración más palpable del poder del Resucitado.
«Como yo les he amado». Sabemos que tenemos que amar al prójimo. Pero tal vez no meditamos tanto en la calidad de ese amor, en ese «como yo». Mientras no lleguemos a eso hemos de considerarnos en déficit. Cristo resucitado, viviendo en nosotros por la gracia, nos capacita y nos impulsa a amar “como Él”. Nuestro amor, si es auténtico, debe ser semejante al de Dios. Y Jesús ama dando la vida.
«Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos». El amor de Cristo tiene esta magnitud; este amor quiere producir en nosotros. “Él nos amó primero” (1Jn 4,19).
«Les llamo amigos». Cristo resucitado, vivo y presente, nos llama y nos atrae a su amistad, pues “quien ha encontrado un amigo, ha encontrado un tesoro” (Eclo. 6,14). Correspondemos a esta amistad con la fidelidad a sus mandamientos.
«Yo les he elegido». Los amigos se eligen mutuamente, con Jesús no es así: el Hijo, nos llama “amigos suyos”, nunca se llama a sí mismo “amigo nuestro”, menos aún “compañero”, “colega”, “cómplice” o cosas por el estilo. En aquel tiempo, el alumno de los rabinos podía elegir un maestro entre los diversos escribas; pero no se es discípulo de Jesús por decisión propia, sino porque Él nos ha elegido con nombre y apellidos.



La misión de los apóstoles
Jesús es el enviado del Padre. Desde el comienzo de su ministerio, «llamó a los que él quiso, y vinieron donde él. Instituyó Doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar» (Mc 3,13-14). Desde entonces, serán sus “enviados”, significado de la palabra griega "apostoloi".
En ellos continúa su propia misión: «Como el Padre me envió, también yo les envío». Por eso su ministerio es la continuación de la misión de Cristo: «Quien a ustedes recibe, a mí me recibe », dice a los Doce.
Jesús los asocia a su misión recibida del Padre: como «el Hijo no puede hacer nada por su cuenta », sino que todo lo recibe del Padre que le ha enviado, así, aquellos a quienes Jesús envía no pueden hacer nada sin Él, de quien reciben el encargo de la misión y el poder para cumplirla. Los apóstoles de Cristo saben que están calificados por Dios como «ministros de una nueva alianza», «ministros de Dios», «embajadores de Cristo», «servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios».
El que los escucha a ellos, escucha a Cristo; el que, en cambio, los desprecia, desprecia a Cristo y al que lo envió, Dios Padre.
Por eso la Iglesia es apostólica: Está edificada sobre «los doce apóstoles del Cordero»; es indestructible; se mantiene infaliblemente en la verdad: Cristo la gobierna por medio de Pedro y los demás apóstoles, presentes en sus sucesores, el Papa y el colegio de los Obispos.

FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA.
En el año 1916, cuando la guerra se había extendido sobre Europa y Portugal, en una de las colinas que rodean Fátima, tres pequeños campesinos portugueses se encontraron con una resplandeciente figura que les dijo: "Soy el Ángel de la Paz". Durante aquel año vieron dos veces la misma aparición. Los exhortó a ofrecer constantes "plegarias y sacrificios" y a aceptar con sumisión los sufrimientos que el Señor les envíe como un acto de reparación por los pecados con los que Él es ofendido.
Los hechos sucedieron entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. Lucía dos Santos, de diez años, y sus primos, Jacinta y Francisco Marto, de seis y nueve años respectivamente, relatan que sintieron como el reflejo de luz que se aproximaba y vieron a una Señora vestida de blanco surgir de una pequeña encina. Los niños aseguraron que se trataba de la Virgen María, la cual les pidió que regresaran al mismo sitio el 13 de cada mes durante seis meses. En posteriores retornos los niños fueron seguidos por miles de personas que se concentraban en el lugar para ser testigos de las apariciones. Francisco no escuchaba ni hablaba con la Señora; sólo la veía.
Entre las recomendaciones de la Virgen está el rezo del Santo Rosario para la conversión de los pecadores y del mundo entero. La Virgen también habría pedido la construcción de una capilla, que fue el germen del actual santuario.
En el tiempo en que sucedieron las apariciones, la Virgen, según testimonio de los videntes, realizó varias profecías y recomendaciones y entregó tres mensajes conocidos como “Los tres secretos de Fátima.
Los tres mensajes fueron entregados por la Virgen de Fátima a Lucía, la mayor del grupo. El primer secreto, según Lucía, mostraba una visión del infierno; el segundo hablaba de cómo reconvertir el mundo a la Cristiandad. El texto del tercer misterio se mantuvo en secreto por muchos años y sólo fue revelado por el Papa Juan Pablo II el 26 de junio de 2000, en Fátima.
Interpretaciones de católicos afirman que el segundo misterio pronosticó la reconversión de Rusia al Cristianismo. En el tercer mensaje se profetizaba el atentado contra la vida del Papa Juan Pablo II, que ocurrió el 13 de mayo de 1981 (64° aniversario de la primera aparición de Fátima).
“Ave María, Gracia Plena, ruega por nosotros”

MADRE, SÍNTESIS DE AMOR.
Celebramos con regocijo el DÍA DE LA MADRE, las palabras nunca serán suficientes para expresar la misión y el valor de cada una de ellas, siendo María, sin duda, la más sublime, el mismo libro de los Proverbios afirma: “Muchas han obrado maravillas, pero tú las superas a todas”. Como un homenaje a ellas:
Tus brazos siempre se abren cuando necesito un abrazo.
Tu corazón sabe comprender cuándo necesito una amiga.
Tus ojos sensibles se endurecen cuando necesito una lección.
Tu fuerza y tu amor me han dirigido por la vida y me han dado las alas que necesitaba para volar.
Eres la única persona del mundo que siempre está, de forma incondicional:
Si te rechazo, me perdonas. Si me equivoco, me acoges. Si los demás no pueden conmigo, me abres una puerta. Si estoy feliz, celebras conmigo. Si estoy triste, no sonríes hasta que me hagas reír. Eres mi amiga incondicional.
Un hombre quiere a su amor más que a nadie, a su esposa mejor que a nadie, pero a su madre más tiempo que a nadie.
La mano que mueve a la cuna es la mano que manda en el mundo (W.S. Ross).
Dios no podía estar en todas partes a la vez, y por eso creó a las madres.
Mi madre es la mujer más bella. Todo lo que soy, se lo debo a ella.
El amor de madre es el combustible que le permite a un ser humano hacer lo imposible.
La madre es la persona que al ver que sólo quedan cuatro trozos de torta de chocolate habiendo cinco personas, es la primera en decir que nunca le ha gustado el chocolate.
Madre es el nombre de Dios que vive en los labios y el corazón de los niños.
"El amor de una madre no contempla lo imposible", pues ninguna lengua es capaz de expresar la fuerza, la belleza y la heroicidad de una madre.
Una madre es capaz de dar todo sin recibir nada. De querer con todo su corazón sin esperar nada a cambio. De invertir todo en un proyecto sin medir la rentabilidad que le aporte su inversión. Una madre sigue teniendo confianza en sus hijos cuando todos los demás lo han perdido. 
M: Por tu santa Maternidad
A: Por tu Amor, insuperable.
D: Por el Deber y la Dedicación hacia tus hijos.
R: Por ser la Reina de la familia, no reconocida.
E: Porque eres Especial y por tu Entrega, por mantener unida a su familia.

Mi madre encuentra la felicidad cuando yo la encuentro. 
Cuando yo vivo algo hermoso, lo vive a través de mi experiencia. 
Mi madre reza por mí, incluso cuando yo sólo rezo por mi mismo. 
Mi madre me daría el mundo entero si fuese capaz.

P. MARCO BAYAS O. CM

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